En el municipio de Lebrija, del departamento de Santander, 140 familias están haciendo papel, bolsas reutilizables y artesanías con los residuos que sobran de la piña. El proyecto se llama “Jornaleando la fibra de la piña” y nació en 2013, pero se consolidó en 2017 cuando logró unir a la comunidad, entorno al propósito de erradicar el plástico de su región.
Para quien no lo sabe, Santander es el departamento que más produce piña en Colombia, y de más de 30 mil hectáreas de tierra que hay para cultivar la fruta en nuestro país, Lebrija contribuye con más de 5000 . Y según datos del departamento, al año se producen más de 140 mil toneladas de este fruto “¿Se imagina cuántas hojas o bolsas de papel se podrían hacer?”, le pregunta Ramón Eduardo Díaz a Luz Helena Hernández, dos de los voceros del proyecto, que agrupa a 140 familias del municipio.
“Pese a que la idea nació hace mucho tiempo, hasta hace tres años logramos vincular a más familias a través de la Escuela de Artes municipal, con un único propósito: erradicar el plástico de nuestra región”, le contó el joven Ramón Díaz a la periodista Angélica Blanco, de Radio Nacional de Colombia.
“De momento lo que hacemos es utilizar las matas de la piña, hacemos un picado y estas hojas se conservan durante tres meses en el agua. Posteriormente se cocinan, se saca la fibra de la piña e inicia todo el proceso de producir hojas de papel”, cuenta Ramón, mientras demuestra lo resistentes que son las hojas al calor y al contacto humano.
Para seguir investigando, el Ministerio de Ciencias los reconoció con 90 millones de pesos a finales de febrero del 2021, gracias al programa A Ciencia Cierta, resaltando que son “una experiencia que muestra la integración de la comunidad para promover su patrimonio cultural, enlazado con la conservación de su entorno ambiental de manera armónica con la producción de piña”.
Respecto a la premiación, Díaz señaló que “fue muy importante para nosotros también este diálogo y esta cercanía con el Minciencias porque de esa manera nosotros también aterrizamos un poco nuestras ideas, nuestros objetivos, las metas de nuestra experiencia y pudimos de una manera más consciente ser más objetivos con cómo va a ser el desarrollo de la experiencia, cómo va a ser el manejo del presupuesto y de qué manera vamos a impactar a la comunidad.